Torniquetes

Los torniquetes forman parte del equipo de dotación tanto de las fuerzas policiales y militares como de bomberos. Se utilizan para detener hemorragias y heridas graves en situaciones extremas en las que no es posible acceder a atención médica inmediata.

Funciones de los torniquetes

Los torniquetes tienen una función importantísima para preservar la vida de las personas heridas gravemente, con riesgo de desangrarse, y en los casos donde sea necesario amputar una extremidad in situ, lo que se llama amputación prehospitalaria de emergencia.

De hecho, en el mundo la muerte por desangramiento o hemorragia es la sexta causa de muerte. Con los torniquetes se pueden evitar estas muertes.

Es imprescindible que los equipos de emergencia de rescate, bomberos y policías tengan los debidos instrumentos para garantizar la vida de los heridos.

Los servicios civiles de emergencia deben contar con los torniquetes en casos de hemorragia masiva y coagulopatía en el trauma, ya que detendrán el sangrado en emergencias extra hospitalarias, siendo el torniquete la forma más rápida y efectiva para controlarlo.

Su uso en la medicina militar es ya tradicional, con registros que datan de al menos el siglo XVII, y su aplicación al ámbito civil se ha hecho indispensable en situaciones extremas (ataques, motines, protestas, catástrofes naturales, etc.).

Aplicaciones de los torniquetes

El propósito de los torniquetes es uno solo: evitar el desangramiento. Se aplican en determinadas situaciones:

-después de una amputación, donde quede suficiente extremidad como para colocarlo,

-cuando hay sangrado arterial masivo,

-cuando se presenta un alto riesgo de hemorragia y desangramiento,

-antes de amputar alguna extremidad en campo, para garantizar la supervivencia del herido hasta ofrecerle la debida atención médica,

-cuando hay pacientes en sitios inseguros y los rescatistas están en riesgo.

La aplicación de los torniquetes es evaluada según los niveles de hemorragia que sufra el paciente y la situación en que se encuentre el equipo sanitario asistencial.

Cuando se usan los torniquetes, el equipo médico puede ahorrar un valioso tiempo (al menos 5 minutos) para comprimir la herida, y enfocarse en otros problemas o en otros heridos.

Esto es vital en situaciones de guerra o de catástrofes naturales, donde el número de víctimas es mayor que el de rescates y personal sanitario.

Por otro lado, un torniquete hace posible movilizar al herido cuando es preciso trasladarlo, lo que lo vuelve un método eficaz y seguro para mantener la vida.

Sin embargo, hay que ser conscientes de que el torniquete es una medida temporal, y una vez que la persona herida sea atendida debidamente y controlada la hemorragia, el torniquete debe ser retirado.

Riesgos de los torniquetes

Se producen riesgos al aplicar los torniquetes cuando se colocan inadecuadamente o durante un tiempo incorrecto.

Colocación inadecuada

Un torniquete debe ser ancho, ya que así dañará menos los tejidos y será necesaria menos presión. Nunca debe ser colocado sobre ropa, salvo que el punto desangramiento esté a plena vista.

El torniquete debe colocarse en un punto cercano a la herida para ejercer menos presión a la hora de interrumpir el flujo. Si la presión es demasiada, el tejido y los nervios se ven afectados, y si es poca, continuará la hemorragia.

Tiempo incorrecto

Hay consenso en decir que el tiempo que deben dejarse los torniquetes es de máximo dos horas. Si se deja más tiempo pueden aparecer otros riesgos para los heridos.